Durante los ejercicios de suelo pélvico no es conveniente realizar una respiración torácica, ya que durante el tiempo espiratorio suele facilitar la activación de los músculos oblicuos externos del abdomen. Los músculos oblicuos externos tienden a provocar un bloqueo del abdomen y un aumento de la presión intraabdominal que no interesa en las fases iniciales del trabajo de suelo pélvico.
Tampoco es conveniente realizar una respiración abdominal inferior ya que durante la inspiración es muy fácil que la mujer pierda la actividad de los músculos abdominales profundos. Estos músculos se contraen siempre durante la contracción del suelo pélvico y si su actividad se reduce, puede reducirse también la actividad del suelo pélvico, por tanto, tampoco es interesante.
La respiración ideal para los ejercicios de suelo pélvico es aquella respiración tranquila, nunca forzada, que permite una actividad del suelo pélvico y del músculo transverso del abdomen tanto durante la inspiración como durante la espiración. Implica un movimiento combinado del abdomen y de la parrilla costal baja.
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